El 9 de enero de 2018, Debora Bessa desapareció y su desafío fue descubierto en una bañera poco profunda. Ella declaró en su ejecución que quería dejar la red de drogas para mejorar la vida de su hija de 5 años. Fue ejecutada por comandos de Vermelho.
La familia de Débora Bessa, de 19 años, la encontró en un bosque en el barrio Caladinho de Rio Branco entre el 9 y el 13 de enero. Su cuerpo había sido descuartizado. Un video que muestra su brutal muerte se volvió viral poco después.
Según su hermana, Sarah Bessa, Deborah era miembro de un cartel de la droga, pero se fue porque quería una vida mejor para su hija de 5 años. Según algunas fuentes, supuestamente Deborah se escondía en la iglesia de la pandilla.
A medida que el caso ganó la atención de los medios, la policía inició una investigación exhaustiva. Uno de los hombres del video, Andre de Sousa Martins, el del machete, fue detenido.
Lucille Souza do Nascimento fue otra participante en la ejecución. El tribunal condenó a ambos a 60 años de prisión. Sin embargo, tras presentar un recurso de apelación, su condena se redujo a “solo” 36,5 años. Varias fuentes afirman que los dos son miembros del notorio cartel brasileño Vemello Commandos (CV).
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